Volumen N°7: "Diciembre"

Soy una desaparecida lo sé, capaz es porque también soy bastante colgada. O porque me distraigo fácil o porque tengo obligaciones y deberes con los que cumplir.
Hace relativamente bastante tiempo que no subo nada, pero como sabrás si estás estudiando o si estudiaste alguna vez, estas son épocas de finales. Los últimos exámenes del año y de los cuales depende el promedio que tengas en tu carrera... para nada estresante. 
Por lo que si te preguntabas qué onda con la vida de la pibita emo que lloriquea por internet sus dramas, he aquí la respuesta: estaba estudiando, rindiendo parciales y ahora finales.
En realidad todavía no termino la temporada de estrés, faltan 2 semanas para eso, pero sentía la necesidad de volver acá, a mi rinconcito en el que puedo expresarme como si nadie me escuchara, aunque... bueno realmente no me pueden escuchar pero vos me entendes.
Diciembre siempre fue un mes que me dio paja, porque es el último del año, porque son las fiestas y hay que verles las caras a todos tus parientes falsos, esos que ni siquiera te saludan si te ven por la calle pero que cuando llega la Navidad se vuelven las mejores personas del planeta... por un día. Y como si fuera poco, mi cumpleaños es el 25 de diciembre, una mejor fecha no pude haber elegido para nacer. 
Como te imaginarás mi cumpleaños siempre fue un calvario por eso mismo, cuando era chica nunca tuve la típica fiestita porque oops sorpresa nunca venía nadie, ningún compañerito de la escuela, ningún amigo. Salvo un par. Eso sumado al hecho de que quiero a mis parientes de la misma forma que a mi mamá (y cabe destacar que solamente teníamos contacto con la familia de ella) resultaba en el combo perfecto para que detestara cumplir años y ser el "centro de atención". 
Tener que verles la cara a esa gente que me despreciaba, que incluso me acusaban de ser lesbiana, como si fuera algo malo, sólo por no tener novio y porque a los 15 años no tenía hijos, como sí hacían sus hijitos hermosos, alias mis primos/as. O que me decían que era una rarita y que hasta se reían de mi por usar anteojos. 
Sí aunque suene increíble son de esa clase de gente que se burla de uno por el más mínimo detalle... mentira, no es increíble, si son familia directa de esa señora no se puede esperar nada más de parte de ellos. 
Raro sería si te halagaran o si directamente no comentaran nada acerca de tu persona.
Pero hoy por hoy el panorama es muy distinto a lo que una vez fue, porque esa gente ya no forma parte de mi vida. Están lejos, enterrados en la indiferencia del olvido desde que mi mamá nos dejó en banda .... por suerte. Realmente lo único que le voy a agradecer es el haberse ido, el haber desaparecido de mi vida, de nuestras vidas.
Porque tengo la fortuna de poder decir que esta va a ser la segunda Navidad en mi vida que disfruto, el segundo cumpleaños que tengo ganas de que llegue. Porque soy feliz y por fin entiendo la alegría que tiene la gente en estas fechas de querer compartir su felicidad con las personas que quieren. Despedir el año que termina y recibir llenos de esperanza el que está por venir. Es mirar en retrospectiva hacia tu interior y decir la puta madre vale la pena estar vivo. 
Solamente me llevó 20 años entender un sentimiento tan común, tan básico, ese "algo" que nunca había vivido y que ahora por fin comparto con el resto del mundo. 
Diciembre siempre me había parecido lo peor sobre la tierra, pero se convirtió en todo lo que nunca pensé: un mes lleno de alegría.