Volumen Nº8: "Desatada"

Como les dije por Facebook, (siganme by the way, si quieren estar más al tanto de esto) no sabía si arrancar el 2020 contando mis vivencias emos, mi pasado dark, mis depresiones adolescentes en general o si por el contrario darle una vuelta de rosca y hablar de cosas positivas.

Mientras escribo esto no tengo idea de qué hablar porque me sobra depresión y me falta alegría, pero hasta a mí me aburre mantener esa temática triste. 

Creo que este tiene que ser el año definitivo para dejar cosas atrás, enterradas en el pasado, para cambiar esos aspectos de mi personalidad que no me gustan o incluso esas cuestiones físicas de mi cuerpo con las que no me siento cómoda. 

Pero también siento la necesidad de reflexionar sobre algunas cosas, o de simplemente pensar y analizar aquellas cuestiones que descubrí de mi misma, o de las que cambiaron.

Y es que el año pasado fue muy raro, tuve muchos altibajos. Momentos en los que no sabía qué estaba haciendo ni porqué, lo que me llevaba a tener ganas de tirar todo a la basura... de nuevo. 

Pero por suerte no lo hice, porque después de mucho pensar entendí que escribir me libera y esa es la razón principal de que ahora estés leyendo esto.

Durante el 2019 aprendí mucho, crecí y maduré como persona y aunque todavía me falte mucho recorrido... por lo menos ya sé cuál es el camino.

Porque en la última mitad del año pasado me di cuenta que me gusta muchísimo crear, más allá de lo que nunca me había imaginado. Es un tipo de creatividad que nunca había sentido y creo que se "desató" por decirlo de alguna forma, porque me siento libre, estoy a pleno conmigo misma y ya no me siento limitada como antes. 

Es algo muy loco pero se siente bien porque ese lado creativo siempre estuvo muy muuuy presente en mí, en cosas chiquitas o en otras más grandes, de izquierda a derecha y de arriba a abajo. Aunque siendo sincera, nunca me atreví a desarrollarlo porque ni siquiera le daba importancia. Pero ahora siento que tengo un potencial importante en esto, y no me refiero sólo a escribir este blog. 

Por primera vez en la vida tengo varios proyectos relacionados con ese lado de mi personalidad, y sí, dije varios. Pasé de tenerlo guardado en un cajón, reprimido y olvidado a darle el protagonismo que siempre tuvo que tener. 

Todos los foquitos que tenía apagados se prendieron... juntos. Y es curioso pero por momentos siento que me sobrepasa el aluvión de ideas que tengo, la nubecita que me bloqueaba desapareció y tengo muchísimas ganas de ver a dónde puedo llegar, las cosas que podría conseguir y la gente que podría conocer. 

Así se siente la libertad mental

Entonces esto hace que me pregunte, ¿cuánta gente habrá por ahí bloqueada, con la mente nublada, pensando y muchas veces creyendo que no vale la pena?. 

A veces porque quienes nos rodean nos tiran abajo, otras porque no nos sentimos capaces o porque simplemente dudamos de nuestras propias capacidades. Aunque en el fondo siempre esté esa vocecita que nos dice: ¿estás seguro que no querés?

Por eso tenía ganas de arrancar el año diciendo que no tengan miedo a intentarlo, porque pierden más estando sentados sin hacer nada y preguntándose ¿qué pasaría si...? que si lo intentaran y fracasaran. Y si algo aprendí de las personas que conocí en estos últimos años, es que no hay nadie en este mundo que fracase haciendo algo que aman, que los llena, que disfrutan , pero para eso se necesita constancia, esfuerzo y dedicación. 

Quiero ser mejor que ayer y mañana ser mejor que hoy, ¿por qué? porque soy la única persona a superar y la única con que compararme.